En el campo de la modificación de conducta, la palabra ancla se refiere a un estímulo que desencadena un estado emocional o un comportamiento fisiológico específico. En otras palabras, un anclaje es una reacción automática a algo, como por ejemplo, parar en una luz roja, celebrar un gol hecho por su equipo favorito, o reaccionar ante una confrontación. Todos hemos sido condicionados a comportarnos de cierta manera. Esto es lo que vamos a explorar en este módulo.
Al comprender cómo trabajan las anclas, o respuestas condicionadas, tendremos la oportunidad y la capacidad de acceder intencionalmente a estados deseados que nos pueden ayudar a alcanzar nuestras metas.
A menudo creamos anclas involuntariamente. Por ejemplo, si usted piensa en el nombre de su profesor favorito, o en el olor de cierta comida, o quizás en un recuerdo de sus vacaciones o en una canción que usted escuchó, usted podrá notar que una serie de emociones volverán a aparecer inmediatamente. Las anclas pueden empoderar o desmoralizar, pueden motivar o desmotivar. A lo largo de nuestras vidas, pasamos mucho tiempo reaccionando inconscientemente a los efectos de las anclas que tenemos.
Las anclas pueden ser creadas en cualquiera de los sistemas representativos. Cuando vaya a crear un auto anclaje, toque una parte de su cuerpo, escogida previamente, de una forma única y específica, y que pueda ser repetida. Por ejemplo, toque su rodilla cuando esté experimentando un estado deseado predeterminado, tal como sentirse segura de sí misma. Repita el proceso varias veces para que logre asociar ese toque en la rodilla con el sentirse segura de sí misma. Pronto, con sólo tocar su rodilla de cierta manera, usted podrá comenzar a sentirse más segura de sí misma. Así es como funciona el anclaje intencional.
Cuatro puntos claves para realizar un anclaje exitoso:
- Intensidad de la experiencia
- Momento en el cual instalar el ancla
- Particularidad del ancla
- Replicar el estímulo